viernes, 21 de abril de 2006

Carta de bienvenida

Es peligroso ponerse a la sombra de los grandes porque se le tragan a uno como si de la gravedad de un agujero negro se tratara. Por lo tanto, auspiciar tan modestas contribuciones bajo el título “Por el camino de Swann” es el equivalente a un suicidio. Es evidente que nada de cuanto pueda aparecer aquí publicado estará jamás a la altura de MARCEL PROUST. Tampoco a la de aquellos otros genios de la filosofía y la literatura que aquí puedan aparecer reseñados. Ni lo pretendo. Ellos son siempre una influencia incipiente: son las muchachas en flor a la sombra de las cuales uno crece.

En resumidas cuentas, éste es un lugar en el que aparecerán sus nombres como hitos en mi humilde camino. Les invito a acompañarme y dejar aquí, en esta bitácora, algunas huellas. Bienvenidos todos y presten atención: no es fácil seguir la senda cuando no se sabe a ciencia cierta si se tiene un camino. Pero no se dejen engañar por la falacia, escuchemos al poeta y hagamos camino... que la sorpresa viene al final.