lunes, 23 de marzo de 2009

El Blog ha muerto, ¡viva el Blog!

     Después de participar en el auge tanto del facebook como del tuenti, he decidido resucitar mi pobre y desahuciado blog. El formato de ambos medios era atractivo por cuanto te proporciona la posibilidad de mantener el contacto con amigos a quienes uno no puede ver con la frecuencia que desea. Pero he observado un fenómeno muy curioso: en último término terminas estando al corriente de la tediosa vida cotidiana de personas que, tal vez sin otra cosa mejor que hacer, "actualiza" constantemente sus perfiles con multitud de cosas triviales o juegos que realmente no lo son. Dicho de otro modo, al final uno termina siendo testigo del aburrimiento ajeno. 

     Las consecuencias de dicho testimonio son desalentadoras sea cual sea el punto de vista del que se miren. 
     
     Si uno ha entrado en ese círculo por aburrimiento, con razón terminará pensando que, por si no tuviera bastante con el propio tedio, se traga también con el del prójimo. Si, además, los hastiados son los queridos amigos con quienes uno deseaba mantener el contacto... en fin, imagínese la decepción: uno les tiene en alta estima y descubres que desperdician su vida miserablemente en vanidades virtuales; si el desengaño fuera muy grande tal vez incluso llegue a pensar que tal vez nunca debió haberles dedicado su precioso tiempo. Por otra parte, como se trata de medios destinados a crear "redes sociales", los desganados podrían ser amigos de sus amigos en el mejor de los casos pero, de todos modos, llegará a la misma conclusión tras pasar por la reflexión intermedia que podríamos resumir así: ¿qué demonios hace Fulano con esa gente?

     Ahora bien, si una persona satisfecha o incluso una persona ocupada se adentran en este mundo, la decepción será mayor, porque o bien no se imaginaba a sus amigos tan hastiados o bien considera simplemente superfluo dedicar tanto tiempo a este burdo doble de la vida. 

    En definitiva, salvo que las distancias u otras condiciones similares impongan límites insalvables de otro modo, lo único sensato es llamar o escribir a los amigos; quedar con ellos para tomar algo, ir juntos a algún sitio, etc; participar con ellos en cosas que de verdad suceden y no con esos mal llamados eventos que se olvidan tan pronto como el sonido que produce el ratón al pulsarlo se pierde en el aire.

         Alguien podría argüir en mi contra que nuestro frenético ritmo de vida nos dificulta en grado sumo mantener el contacto y, en gran medida, no le faltará razón. Sin embargo hay una verdad mucho más interesante detrás de esa observación: ¿puedes llamar amigo a alguien a quien no dedicas tiempo y con el que no compartes casi nada?. O más importante aún si cabe, ¿puedes decir que estás "empleando" bien tu vida si dices no tener tiempo para las personas que te importan?. 

          Después de todo lo cual, llegamos al auténtico quid de la cuestión y es, ¿por qué escribir en un lugar que no lee nadie? La ventaja de soportes tipo facebook o tuenti viene dada por las notificaciones, es decir, los avisos que uno recibe sobre las actualizaciones de los perfiles en los que uno está interesado. El blog tiene el inconveniente de que uno ha de pasar forzosamente por él para saber si hay o no novedades y, excepto unos pocos que revisamos con devoción religiosa los de los amigos todos los días, los demás no pasan por aquí (por poner un caso) o no dejan huella si es que lo hacen. 

          Y, si no tengo lectores, ¿para qué escribir? Para nada, gracias a Dios, sino sólo porque me apetece hacerlo.